El escritor Ernesto Tubía Landeras nació en Haro (La Rioja) un 13 de febrero de 1975. Ganador de numerosos premios literarios a nivel nacional, se ha consolidado como uno de los escritores más prolíficos de relato corto y uno de los que más premios cuentan en su haber dentro del panorama literario español.
Descendiente de una familia de quiosqueras en Haro, pasó toda su infancia entre tebeos, libros y novelas del oeste. Este hecho y las horas pasadas en el quiosco, primero en compañía de su abuela y más tarde de su madre, hizo que en él creciera la pasión por la literatura. Fue un lector precoz, pero empezó a escribir y a enviar sus relatos a concursos una vez cumplidos los 30 años. El hecho de ganar diversos galardones de prestigio en esos primeros años le hizo adquirir confianza y decantarse por el campo de la novela corta. Actualmente cuenta con más de 300 premios literarios en el ámbito del relato corto y una decena de premios en novela. Es colaborador habitual de algunas publicaciones y revistas y en 2009, gracias a la consecución de premio Letras Riojanas, vio la luz su primera novela, El mar de Lomé, de la mano de la editorial Santos Ochoa.
- Y ahora “El Polizón” ¿A qué se debe su interés por el sector de la estiba? ¿Tiene alguna relación o ha tenido con el sector?
No, lo cierto es que no he tenido nunca una relación con el sector, pero me atraía ser capaz de llevar el tema a una de mis pasiones, como es la literatura y unir ambos géneros.
- Su relato narra la historia de un hallazgo sorprendente y de un grupo de estibadores que, sin saberlo, toma una decisión trascendental para la historia de la literatura española. Habla de dureza y sacrificio, pero también de discreción, sensibilidad y honor. ¿Ha pretendido con ello transmitir los valores que encarna la estiba?
Desde luego. Esos valores son fundamentales para desempeñar una labor como es la estiba, donde, por las manos de tantos trabajadores, pasan los sueños, el futuro y la ilusión de tantos.
Sí, quería mostrar la nobleza de unos trabajadores de la estiba en uno de los hechos que, posteriormente, marcarían el devenir de una buena muestra de la cultura española.
- Ambientada en el puerto de Pasaia en la primera mitad del siglo XVI, su historia describe una estiba que poco tiene que ver con la actual donde grúas y trastainers han sustituido gran parte de la labor que aquellos hombres realizaban con sus propios cuerpos. ¿Le ha costado mucho la labor de documentación?
Obviamente, cuando escribes sobre el Siglo XVI lo primero que deseas es no cometer anacronismos, por lo que la labor de documentación es fundamental. Además, documentándome fui consciente de lo dura que era antaño la labor de la estiba y lo importante que ha sido el desarrollo industrial de la misma.
- ANESCO decidió poner en marcha este certamen con el objetivo de divulgar la actividad de las empresas estibadoras. ¿Cree que este sector sigue siendo un gran desconocido? ¿Qué percepción tenía usted antes de escribir su relato?
Muy cierto. Parece que la estiba solo sea noticia cuando existen conflictos. Cuando, en realidad, sin la estiba, el mercado del día a día sería imposible. Creo que, en muchas ocasiones, se ofrece una visión parcial e interesada sobre el sector.
- Ganador de numerosos premios literarios, ¿cómo compagina su trabajo como técnico de laboratorio con su pasión por la escritura y la lectura?
A duras penas. Escribo lo ratos que tengo libres. Pero, entre el trabajo, el de mi mujer, y dos hijos pequeños (Jimena y David) el tiempo es escaso. No obstante, cuando algo te apasiona, como es mi caso con la literatura, siempre se saca algo de tiempo.
- Lleva más de 20 años presentándose a numerosos concursos literarios, ¿qué cree que ha cambiado en estas décadas? ¿ha evolucionado el sector literario? ¿les cuesta a los nuevos talentos literarios hacerse un hueco?
Es muy complicado, sí. En estos años la principal evolución, si es que puede llamarse así, ha sido la autoedición. Pero, este hecho, es un arma de doble filo, ya que se satura el mercado con título que, en algunas ocasiones, no tienen calidad para estar en el mercado. A nivel de concursos literarios, la presentación a través del correo electrónico ha abaratado los costes de presentarse.
- Háblenos de sus próximos proyectos ¿alguna novela? ¿se atrevería de nuevo la estiba y el sector marítimo-portuario?
No tengo más proyecto que seguir escribiendo, que es lo que amo. Que lo que llega es una novela, encantado. Que es un nuevo relato marítimo, genial. Que es un pequeño cuento costumbrista, fabuloso. Lo bello es seguir escribiendo por pasión y que la inspiración fluya. Todo lo demás, como los concursos, aunque son importantísimos y ayudan a llenar el puchero, está en segundo plano. Lo verdaderamente importante es disfrutar con lo que haces, y yo con lo que más lo hago es leyendo o escribiendo.